SIN LIBERTAD Y JUSTICIA: NO HAY ESTADO, NI DEMOCRACIA


Las generaciones de ciudadanos de una nación, viven realidades diferentes, lo que obliga a que el derecho se entienda con la comprensión de sus vivencias, sin que ello implique abandonar las premisas fundamentales de un estamento jurídico que se ha forjado a través de los años.



viernes, 18 de noviembre de 2016

Una propuesta para que los venezolanos encontremos una vida en paz

Una propuesta para que los venezolanos encontremos una vida en paz

1. Revisión del dialogo:

Frente a las calamidades que vivimos, es importante hacer una revisión del diálogo, entendido como un discurso racional que debe tener como finalidad alcanzar acuerdos que permitan consolidar la paz social que tanto exigen los ciudadanos, por lo tanto, un llamado a dialogar implica activar un mecanismo de solución de la crisis que atraviesa nuestra nación, y por es necesario se construya en una dirección correcta.
  
La forma como los políticos han abordado el tema no ha convencido a los ciudadanos, porque un diálogo constructivo y positivo jamás puede estar acompañado con mensajes hostiles y con verbos violentos, que agravan el clima de conflictividad, generando un rechazo de la población.

El filósofo Platón en su trabajo sobre el dialogo consideró que el mismo comienza con la internalización de las partes en conflicto sobre el origen de la crisis y las razones por las cuales llegamos a este punto; por lo tanto me atrevo a señalar que el diálogo debe ser producto de actos de sinceridad, sin generar ventajas para una u otra parte, toda vez que esto impide que los actores políticos en conflicto decidan sentarse positivamente.

2. Problema Venezuela:

Venezuela atraviesa un problema grave que mantiene a los ciudadanos en una situación de calamidad en todos los ámbitos de vida, en materias donde hace imposible la vida normal, tales como seguridad, salud, alimentos, institucionalidad, gobernabilidad, corrupción, entre otros.

La situaciones descritas, se agrava con la división que hoy tenemos como pueblo; ambas partes deben estar conscientes de esa realidad, y solo manejando el diálogo como medio para la concertación, pueden abrirse las puertas para provocar la paz y la convivencia, siendo urgente comenzar con una manifestación de sincera voluntad de los actores políticos en conflicto, donde no caben intermediarios que tengan intereses en el conflicto, porque así nunca llegaremos a buen puerto.

Llegó el momento de poner la verdad por delante, y todos los venezolanos tenemos que tener claro que “el dialogo” que se lleva a cabo actualmente está montado sobre los derechos humanos, razón por la que implica que se asuman tanto por los dialogantes como los personeros que facilitan un entendimiento que debemos agotar todos los esfuerzos para que se llegue a una solución de los problemas del país, ya que estamos a las puertas de un “reventón” de un pueblo que grita en la calle “YA BASTA”.

La urgencia de cambiar la filosofía de vida:
  
Las soluciones se encuentran en la concordia de los venezolanos frente a una sociedad que en la actualidad está anarquizada y con graves enfrentamientos; consideramos que es urgente transformar la sociedad en todos sus aspectos, no solo en lo político, sino en lo social, jurídico, cultural, económico, en fin en toda forma de expresión de la sociedad venezolana.

Hay que pensar en construir las bases de un país sustentado en la honestidad y la humanidad, valores que han sido los más golpeados en el alma del pueblo venezolano. Es relevante producir los cambios para recobrar la confianza y la legitimidad de las personas que tienen a cargo los destinos del país.

3. Se puede resolver nuestro conflicto:
  
Muchos conflictos ocurridos en el mundo han sido superados, incluso más graves que el nuestro, siendo imperativo que las violaciones graves de derechos humanos y los delitos de lesa humanidad deben ser resueltos por la justicia, ello para que no se produzcan acuerdos que sean rechazados por la ciudadanía, que pide a gritos justicia y reivindicación de los derechos violentados.
Hay que transitar por la liberación de los presos de conciencia; cerrar los casos de inhabilitaciones políticas y sanciones administrativas impuestas en franca violación de la Constitución. Tenemos que rescatar la institucionalidad de Poder Judicial, la Defensoría del Pueblo, la Contraloría General de la República, la Fiscalía General de la República, que se encuentra en manos de personas afectas al gobierno, y por ende están deslegitimados y no gozan confianza de la mayoría de la población. Se trata de lograr la paz sin dejar de un lado la justicia que reclama el pueblo.

Se requiere sentar las bases de un país civilizado, donde exista respeto a la Constitución y las leyes, solo de esa manera podemos aprender a vivir como hermanos. Hay que darle oportunidad a las personas de bien y preparadas para regir los destinos del país, sacando lo mejor que tenemos los venezolanos, que históricamente hemos sido solidarios, sin diferencias, sin discriminación y sin persecuciones, en fin se trata de rescatar nuestra venezolanidad.

Situación actual del “dialogo”

4. Nos preguntamos si existe actualmente un dialogo positivo:

El manejo de la crisis venezolana ha sido incorrecta, y se ha manejado el dialogo con aristas negativas de las partes en conflicto; ello quizás porque no se ha dado la información debida de lo que implica dialogar.  

El Vaticano ha señalado que está haciendo un “acompañamiento” a las partes en conflicto, lo que indica que se está construyendo la posibilidad de un dialogo que produzca una mesa de negociaciones.

Por el lado de la oposición se han dado muestras de buena voluntad, como la suspensión del juicio político al Presidente y la marcha que estaba dirigida hacia Miraflores; por otro lado, el gobierno comenzó con buen pié, cuando el Presidente acudió al Vaticano a solicitar la ayuda para un acercamiento.

5. Circunstancia que obstaculizan la construcción de un dialogo:

Personeros del gobierno han realizado manifestaciones públicas que producen mucha desconfianza. Esto demuestra que el presidente tiene enemigos internos.

Algunos no quieren dialogo porque saben que la justicia nacional e internacional les va a tocar la puerta. Los que han incurrido en delitos de peculado a la nación (corrupción) y violaciones graves de derechos humanos, así como delitos de lesa humanidad son precisamente algunos funcionarios del régimen los que han generado esta grave crisis.

En este sentido vale indicar que de no lograrse un acuerdo para conformar una mesa de negociaciones, el gran perdedor será el gobierno, y los ciudadanos serán los que sufran más calamidades de las que hoy padecen. Recordemos que el gobierno es quien tiene el peso de la crisis actual.

6. Tiempo y condiciones para construir una mesa de negociaciones:

Las calamidades que viven las personas son insostenibles. El país ya no tiene tiempo.

Las conversaciones con el acompañamiento de la Iglesia Católica es una oportunidad que no puede desperdiciarse, porque existe una crisis humanitaria de salud, alimentos, seguridad, entre otros que deben abordarse inmediatamente. No pueden diferirse los problemas.

Es urgente la liberación de los presos de conciencia; ya el gobierno admitió que son presos políticos porque la libertad concedida a algunas personas no ha sido por decisión judicial, sino por orden del gobierno. Tiene que detenerse el sufrimiento de los presos y su familia,

Los representantes del Vaticano tienen que visitar y constatar por sí misma la existencia y las condiciones de los estudiantes, políticos, funcionarios, quienes están en “La Tumba”, la cárcel de “Ramo Verde” y los otros centros de reclusión. Esto no puede esperar.

Las conversaciones tienen que producir el rescate de los derechos políticos de los ciudadanos, como el derecho a decidir si revocan o no el mandato del Presidente; elegir a los Gobernadores de estado. El gobierno tiene que aceptar el revocatorio y la elección a gobernadores. Hay tiempo para agendar las salidas electorales.

El TSJ le ha hecho mucho daño al país. Está conformado por personas que no tienen la preparación ni la altura para tomar las decisiones ajeno a una ideología política. Ni hablar de los rectores del CNE que han cercenado el derecho electoral del pueblo. Mientras no se rescate la institucionalidad, la confianza en Venezuela no existe.

7. Adonde se debe llegar:

Liberar los presos políticos; permitir la ayuda humanitaria; sustituir los rectores del CNE y los magistrados del TSJ; establecer un cronograma electoral, que devuelva el ejercicio del derecho a un revocatorio y las elecciones a gobernador, se iniciaría una mesa de negociaciones que permita la reconstrucción del país.


Es urgente la reconstrucción total del país e implantar un modelo que permita bienestar

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