SIN LIBERTAD Y JUSTICIA: NO HAY ESTADO, NI DEMOCRACIA


Las generaciones de ciudadanos de una nación, viven realidades diferentes, lo que obliga a que el derecho se entienda con la comprensión de sus vivencias, sin que ello implique abandonar las premisas fundamentales de un estamento jurídico que se ha forjado a través de los años.



miércoles, 23 de noviembre de 2016

Aportamos un ensayo del proceso que requiere nuestra Nación:

Aportamos un ensayo del proceso que requiere nuestra Nación:

Primero: Encontrar  intermediarios que no tengan intereses con el régimen del Presidente Nicolás Maduro y con los partidos políticos que agrupa la Mesa de la Unidad Democrática.

Segundo: En la intermediación es necesario que se encuentre la vocería de una institución consolidada en los temas de paz, tales como el Vaticano y la ONU, como garantes del respeto de las partes y del proceso de negociación, desde los acuerdos que se alcancen hasta su materialización.

Tercero: Cada parte debe designar voceros, los cuales requiere de personas que tengan la sindéresis y la mensura, que estén a la altura del verdadero problema país.

Cuarto: En esta fase debe suscribirse un acuerdo previo donde los actores políticos se obliguen a mantener firme el deseo de dialogar, y no utilizar este mecanismo en forma malintencionada, es decir, mantener en resguardo las conversaciones, dejando que los intermediarios sean los que difundan los resultados que se produzcan.

Quinto: Seguidamente, cada parte debe poner en la mesa todos los temas y asuntos que consideren pertinentes, sin importar si se trata de condiciones o exigencias. Esta fase debe permitir que cada quien haga los planteamientos que deseen presentar libremente, sin limitación ni cuestionamiento.

Sexto: A partir de lo anterior, los intermediarios iniciarían un trabajo de acercamiento en los asuntos coincidentes, dejando de un lado los intereses y las posiciones encontradas, que pueden ser consideradas más adelante en el proceso de negociación. En la medida que se alcancen acuerdos, los intermediarios serían los comunicadores, haciendo público cada solución de problemas puntuales, cuidando que sean cumplidos eficazmente.

Séptimo: En la agenda tiene que estar de primero la solución de las calamidades del pueblo, incluso si ellas implican activar la participación del pueblo por la vía electoral como expresión de su soberanía, como lo viene exigiendo el pueblo reiteradamente. En este aspecto vale resaltar que la expresión de los ciudadanos en el ejercicio de su  derecho a la participación política tiene que encontrarse en el marco de la constitucionalidad, sin obstáculos y/o ventajas.

Octavo: En la medida que se alcancen acuerdos puntuales, inmediatamente el clima de conflictividad disminuye, permitiendo abordar temas álgidos que hayan sido colocados en la mesa de negociaciones.

Noveno: El proceso de negociación debe mantenerse el tiempo necesario en procura de encontrar las diferentes soluciones que abracen la tranquilidad de los ciudadanos, y pueda permitir regresar a la zona de construcción de la tranquilidad y paz de los venezolanos.



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