Aportamos un ensayo del proceso que requiere nuestra Nación:
Primero: Encontrar intermediarios que no
tengan intereses con el régimen del Presidente Nicolás Maduro y con los
partidos políticos que agrupa la Mesa de la Unidad Democrática.
Segundo: En la
intermediación es necesario que se encuentre la vocería de una institución
consolidada en los temas de paz, tales como el Vaticano y la ONU, como garantes
del respeto de las partes y del proceso de negociación, desde los acuerdos que
se alcancen hasta su materialización.
Tercero: Cada parte debe
designar voceros, los cuales requiere de personas que tengan la sindéresis y la
mensura, que estén a la altura del verdadero problema país.
Cuarto: En esta fase debe
suscribirse un acuerdo previo donde los actores políticos se obliguen a
mantener firme el deseo de dialogar, y no utilizar este mecanismo en forma
malintencionada, es decir, mantener en resguardo las conversaciones, dejando
que los intermediarios sean los que difundan los resultados que se produzcan.
Quinto: Seguidamente, cada
parte debe poner en la mesa todos los temas y asuntos que consideren
pertinentes, sin importar si se trata de condiciones o exigencias. Esta fase
debe permitir que cada quien haga los planteamientos que deseen presentar libremente,
sin limitación ni cuestionamiento.
Sexto: A partir de lo
anterior, los intermediarios iniciarían un trabajo de acercamiento en los
asuntos coincidentes, dejando de un lado los intereses y las posiciones
encontradas, que pueden ser consideradas más adelante en el proceso de
negociación. En la medida que se alcancen acuerdos, los intermediarios serían
los comunicadores, haciendo público cada solución de problemas puntuales,
cuidando que sean cumplidos eficazmente.
Séptimo: En la agenda tiene
que estar de primero la solución de las calamidades del pueblo, incluso si
ellas implican activar la participación del pueblo por la vía electoral como
expresión de su soberanía, como lo viene exigiendo el pueblo reiteradamente. En
este aspecto vale resaltar que la expresión de los ciudadanos en el ejercicio
de su derecho a la participación
política tiene que encontrarse en el marco de la constitucionalidad, sin
obstáculos y/o ventajas.
Octavo: En la medida que
se alcancen acuerdos puntuales, inmediatamente el clima de conflictividad
disminuye, permitiendo abordar temas álgidos que hayan sido colocados en la
mesa de negociaciones.
Noveno: El proceso de negociación debe mantenerse el tiempo necesario en procura
de encontrar las diferentes soluciones que abracen la tranquilidad de los
ciudadanos, y pueda permitir regresar a la zona de construcción de la
tranquilidad y paz de los venezolanos.
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