Esta
es una carta contentiva de ideas que me permito presentar con humildad para
contribuir en la apertura de una solución del conflicto que vive nuestro país,
y el móvil de esta iniciativa es la de brindar una oportunidad de dialogo para
evitar que se destruya nuestra nacionalidad y forjar el futuro de nuestros
hijos en un país de bienestar.
I) LA SITUACION QUE VIVE VENEZUELA PUEDE SER SUPERADA.
El
país vive un conflicto que tiene a los ciudadanos en una situación de alerta,
circunstancia que nos obliga a todos los venezolanos a explorar las vías
necesarias para alcanzar la tranquilidad.
En
primer lugar, debemos estar consciente de los hechos que vivimos y enfrentar
nuestra realidad, no se trata de resaltar los aspectos negativos de la vida de
los venezolanos, ni de ser fatalistas, sino más bien procurar un encuentro entre las virtudes de los venezolanos y
aflorarlos, en suma es colocarnos cara a cara con los diferentes problemas
que nos aquejan.
Cuando
los ciudadanos aceptan que estamos ante problemas serios en temas de calidad de
vida, como la seguridad personal, la confianza en las instituciones, la
estabilidad en todos sus ámbitos (personal, familiar y laboral), la economía de
la familia y, la confrontación verbal y física entre los ciudadanos; todos estos temas abren las puertas del
entendimiento y la construcción de los caminos para allanar y resolver los
problemas existentes.
Lo
que quiero visualizar es nuestra verdad, nuestra realidad, para elaborar un
planteamiento que sirva de resolución a los problemas de los venezolanos y las
demás personas que hacen vida en nuestra tierra. Esto sería un comienzo que
abordado seriamente puede superar la situación que atraviesa Venezuela.
II) ACTORES QUE SE INVOLUCRAN EN EL CONFLICTO DEL PAIS.
Todos
los ciudadanos que integran la comunidad, comenzando por las Instituciones del
Estado y las personas que hacen vida en ellas, están sumidas en un conflicto.
Es
vital que entiendan que en el caso del Estado, éste siempre se mantiene,
continúa, y su evolución debe ser positiva y activa, por lo tanto tenemos que
entender que debemos separar el Estado, del gobierno y las instituciones.
Los
gobiernos nacionales, estatales y municipales están dirigidos por personas que
son servidores públicos y se deben a los ciudadanos, precisamente para cumplir
los fines del Estado.
Por su parte, la sociedad organizada,
generada por entes morales que tienen un deber con la sociedad, entre las
cuales se encuentran las Universidades y demás entes educativos, los colegios
profesionales, las comunidades o individuos organizados, en fin es un problema
de todas las personas que viven en la sociedad.
Nadie
se escapa del conflicto, porque de alguna manera esto les afecta en su esfera
personal como miembros integrante de la sociedad.
Lo
que se refleja actualmente en nuestro país, ha surgido con las expresiones de buena voluntad de los jóvenes estudiantes, que
en algunas situaciones son reflejadas en forma dura, pero aun así no dejan de
tener parte de verdad; sus reclamos deben ser atendidos con honestidad.
No podemos olvidar que se trata de nuestros hijos, del
futuro del país.
III) HAY UNA TENDENCIA DE RESPONSABILIZAR DEL CONFLICTO A
LOS FUNCIONARIOS DEL ESTADO Y A LOS DEMÁS ACTORES POLÍTICOS.
Las
personas que hacen vida en la política tienen que actuar con la conciencia de
que sus acciones generan consecuencias, e igualmente que las omisiones o
incumplimientos de sus deberes conllevan un efecto negativo que agudiza los
problemas.
Si
todos somos parte de una sociedad es imperativo que se asuman los deberes que
impone la ley. Un país que pretenda salir de su crisis, tiene que comenzar a identificar con humildad que hay
un trabajo importante que abordar.
No
es justo responsabilizar solo al gobierno, sus instituciones y las personas que
lo integran, aunque es cierto que el papel de la solución de los problemas,
parte de un discurso realístico, donde los gobiernos y quienes lo integran,
tienen que ser un ejemplo para todas las personas y éstas a su vez entiendan,
que tienen, además de los derechos que están previstos en la ley, también
tienen deberes que la misma ley los obliga a cumplir.
La
tendencia de la sociedad venezolana al resaltar que somos un Estado de Derecho,
a la luz de la Constitución, no puede obviar que también los deberes son de
imprescindible cumplimiento, por ello la crisis o conflictos de nuestro país
debemos asumirlo como una realidad de que todos de alguna manera estamos
inmerso en ellas y por lo tanto no luce justo establecer responsabilidades para
una parte, repito, en mi parecer la responsabilidad de los que ocurre en
nuestra querida Venezuela es un asunto de todos los que hacemos vida en el país.
IV) LA IMPORTANCIA DE LOS PODERES PÚBLICOS PARA RESOLVER
LOS PROBLEMAS DE VENEZUELA.
Es
importante rescatar la institucionalidad en el país, que implica que aunque los
gobiernos cambien, ya sea el gobierno nacional, regional o municipal, el Estado
se mantiene, es decir cambian los gobiernos, pero el Estado sigue.
Igual
ocurre con los poderes públicos nacionales; es así como el poder Ejecutivo,
Legislativo, Judicial, Ciudadano y Electoral, en el ejercicio de sus
actividades tienen que cumplir con los fines esenciales del Estado que están
descritos en la Constitución, la ley principal que rige el destino del país.
Somos
un país que solo puede superar sus inconvenientes con trabajo, cambiando
nuestra actitud fatalista y visionar el futuro mejorando el presente.
Los
órganos del Estado deben tener un sentido de institucionalidad, que se traduce
que aunque cambien las personas que lo dirigen éstas deben mantenerse
inalterables en su esencia, aunque los nuevos integrantes le impriman sus
propias ideas o políticas.
En
suma, se trata de lograr despolitizar
las instituciones y darle la prestancia que estas deben tener, eso es un
comienzo para producir la institucionalidad y el compromiso de los ciudadanos
para que funcionen en beneficio de la colectividad.
Tenemos
que creer en Venezuela, que podemos ser mejores, eso en el fondo son los
venezolanos, personas llenas de esperanza de que el cambio sea hacia el futuro,
construyendo las bases de un presente sólido.
V) COMO PODEMOS SALIR DE LOS PROBLEMAS DEL PAÍS, SIN QUE
TRATEMOS LAS SOLUCIONES COMO UNA UTOPÍA.
Muchas
sociedades ha vivido conflictos y calamidades, que después de abordados hacen
que salgan fortalecidos y con el tiempo comienzan a resolverse los problemas.
En
las teorías que analizan el conflicto, hay posiciones que dejan entrever que a
veces los conflictos son necesarios para que exista el progreso.
Los
problemas unen a las personas, unen a las familias y si son canalizadas con
honestidad hacen que comiencen a convivir con armonía.
No
es correcto señalar que estamos bien, que estamos avanzando, que estamos
progresando, si en el fondo no aceptamos que tenemos problemas que resolver, al
final esta posición agrava los problemas, porque en definitiva no se están
solucionando.
Precisamente
los miembros de la comunidad, las instituciones del estado, los partidos
políticos, los individuos, deben tener la humildad de reconocer que estamos
sumidos en una crisis que puede afectar irreversiblemente al país y lo más
grave es que estamos colocando en riesgo las generaciones futuras.
La
humildad que refiero es aquella que permite identificar en forma realística los
que está sucediendo. Si se insiste en señalar que somos el mejor país, que
tenemos la mejor educación, que tenemos una buena economía, que se está
avanzando en los problemas de seguridad personal, en fin que somos el país más
feliz del mundo, nos estamos engañando, porque la verdad es que eso no es
cierto, porque la calidad de vida de los ciudadanos esta desorientada y en el día
a día de las personas hay un miedo constante sobre el presente y el futuro.
En
definitiva, estamos viviendo una situación que nos obliga asumir una actitud
positiva, aceptando en primer término que estamos en problemas, que debemos ser
humildes en reconocer este hecho y que estamos jugando con fuego cuando los
ciudadanos se engañan a si mismo de que somos una potencia, toda vez, que la
realidad es otra.
Igualmente
debemos precisar que el tiempo nos obliga a buscar las salidas para construir
una sociedad que tenga calidad de vida, que en su fin es lo que más interesa a
una nación.
Lo
bueno son las experiencias vividas, y que en Venezuela todo está por hacerse,
construirse. Si idealizamos la Venezuela que todos queremos sin distingos
políticos, podemos construir las bases para un futuro de bienestar común.
Comencemos
con dejar a un lado los discursos
agresivos y la división de las personas. Los ciudadanos ya están fatigados
de los discursos monolíticos presentados a la colectividad como una película de
ficción; el discurso basado en agresiones es rechazado por todos los sectores
de la población.
Igual
debemos dejar de un lado que los problemas que nos aquejan son motivados por
injerencias de países extranjeros, ya que la responsabilidad de la crisis
actual y las soluciones solo depende de nosotros mismos. Nosotros somos los
responsables de lo que está ocurriendo y es imperativo asumir que nosotros
debemos activar los mecanismos necesarios para las soluciones.
VI) ASUMIR QUE TENEMOS PROBLEMAS ES UN COMIENZO.
No
es suficiente, pero sería el comienzo de la solución de las crisis de una
sociedad. Cuando identificamos los problemas, se abren las puertas a las
posibilidades de un dialogo donde lo importante es que el dialogo lo canalicen
las personas que no integran el conflicto, por cuanto existe la tendencia de
que esta se agudice.
Lo
correcto es crear una entidad o un grupo de personas de nivel de comprensión
que no estén conflictuadas, o por lo menos que no formen parte del conflicto,
ya que el conflicto han sido generados por estos y solo están autorizados
asumir el papel de mediador aquellos que puedan unir a las partes, en sus
posiciones e intereses.
Cada
día que pasa, observamos con tristeza como aumentan las agresiones verbales y
físicas, y lo grave que los actores políticos no reconocen esas agresiones,
sino que buscan culpables en otros. Esto es una muestra de la incapacidad de
estos actores políticos de alcanzar una solución por ellos mismos, están
contaminados en mantener posiciones que están fuera del contexto de la realidad
del país.
El ciudadanos
quieren soluciones y en ello las Instituciones públicas y privadas tienen una responsabilidad,
porque en muchos casos son las personas que las dirigen los responsables de la
crisis de ciudadanía.
Ya
es momento de aceptar que estamos en un nivel peligroso, porque las protestas
que vienen recorriendo el país son una manifestación del descontento de la
calidad de vida de los ciudadanos, que va en deterioro, y lo peor es que están
ocurriendo a diario actos de violencia dentro de las protestas, sin que podamos
olvidar la violencia que ha venido viviendo Venezuela por la inseguridad y la
inestabilidad económica.
VII) CUAL SERÍA EL MODELO O LA FORMA QUE PODRÍAMOS
UTILIZAR EN VENEZUELA PARA LOGRAR UN DIALOGO.
La
figura de una mesa de diálogo y de concertación se presenta como una opción
válida; esta consiste en procurar la figura de personas imparciales que no
formen parte activa del conflicto.
Reitero
que existe un desgaste en la ciudadanía, porque ha perdido la fe en los actores
del conflicto o sencillamente porque están en un nivel alto de cansancio, ya
que el ciudadano tiene que resolver las situaciones propias de la vida.
El
ciudadano quiere trabajo, estabilidad, educación, seguridad, formar a sus
hijos, en fin se quiere tranquilidad para vivir el presente y planificar su
futuro.
VIII) EL DIALOGO DEL GOBIERNO CON LA OPOSICIÓN ES EL
COMIENZO A LA SOLUCIÓN DE NUESTROS PROBLEMAS.
El
nivel de enfrentamiento de esos actores ha sido desmesurado y ha rebasado la
posibilidad de encontrar la paz que se desea, sino se activan los correctivos
con urgencia, ya que estamos sumidos en un momento de radicalización en la
sociedad.
Aunque
no podemos restar importancia el llamado de un dialogo, porque evidencia que
las partes conflictuadas están conscientes que tienen diferencias y más
importante es que existen problemas graves que deben abordarse.
El
dialogo debe ser sincero, honesto y debe llevarse con mucho respeto. No se
trata de visualizar el problema y hacer política con los problemas para
procurar ventajas en sus intereses de posiciones de mando. Pareciera que están
vendiendo más bien posiciones individualistas en detrimento de todos los
venezolanos.
Todos
hemos sido testigos de los constantes ataques, descalificaciones, abusos y
discursos agresivos que han mantenido un clima negativo en el país. Es el momento de una tregua de los actores
políticos y abordar cada problema con los mejores ciudadanos, los más
preparados en cada tema.
Ya
es el momento de asumir una actitud diferente, comenzando con bajar la guardia,
el tono agresivo y las pasiones desenfrenadas que mantienen en vilo la
tranquilidad de los ciudadanos.
Insisto
que una mesa de diálogo y concertaciones llevada por personas imparciales, un
grupo de individuos que se identifiquen con el país, que tengan una verdadera
identidad de ser venezolanos, que conozcan sus padecimientos y sus carencias, y
más importante que conozcan los sueños de un país donde se viva en paz y
armonía.
Los
venezolanos tenemos muchas virtudes y existen personas que tienen la idoneidad
y capacidad de servir a la patria despojándose de individualidades; solo
tenemos que identificarlos y darle la oportunidad de que se entable una
negociación mediante una agenda de prioridades que permita establecer los
intereses al margen de las posiciones.
Nosotros
no estamos en guerra, ni vivimos una posguerra; nuestros problemas radican en
pretender separar unos ciudadanos de otros y eso es imposible en Venezuela,
porque todos padecemos de los mismos problemas, sin distinción alguna. Ya que
la educación, el trabajo, la estabilidad, la inseguridad, la economía son
precisamente los temas que unen a los venezolanos.
Nuestra
idiosincrasia y costumbres de vida son elementos que no mantienen unidos y la
solidaridad que existe entre los venezolanos de bien, que son la gran mayoría
del país nos mantienen conectados, estas son
circunstancias que pueden ser aprovechadas en un dialogo de
concertación.
IX) LA FIGURA QUE PODEMOS UTILIZAR PARA LOGRAR SOLUCIONES
ES UNA COMISION DE VENEZOLANOS HONORABLES.
Esta
figura ha sido usada en otros países y en Venezuela también, ello ha sido un
ejemplo valido para seguir atendiendo la problemática de sus momentos, incluso
personas como Mandela utilizaron mensajes pacificadores que tuvieron éxitos en
Sudáfrica cuando fueron acompañadas por acciones de políticas pacificadoras.
Mandela,
por ejemplo tenía en frente a un país dividido por la distinción de raza, entre
otros problemas, y hoy en día es un país
con un crecimiento en su calidad de vida que es reconocida en todo el mundo.
Claro
estamos haciendo referencia a un hombre que marcó un hito en la lucha por la
división de un país y cuyo mensaje traspaso las fronteras de su país. Un hombre
que abandono las armas e hizo de sus palabras e ideas el portaviones de la
unión de una nación.
Nosotros
no tenemos ese problema. Nuestro país no está dividido por razones de raza o
credo; yo creo que nuestro país esta fracturado por falta de inteligencia
emocional para procurar estadios de poder, carecemos de humildad para aceptar
que nuestros problemas han sido creados por nosotros mismos y que solo nosotros
podemos solucionarlos.
Hay que reforzar una verdadera identidad del venezolano
sin intromisión de otros países u otras ideologías, por esto me atrevo a
señalar que la fractura de los venezolanos está debilitando los cimentos de
nuestra nacionalidad.
Los
venezolanos tenemos nuestra propia identidad, tenemos nuestras propias
fortalezas y ello es lo que debemos resaltar y darle la importancia debida. Los
venezolanos estamos preparados y formados para hacer crecer nuestro país.
Podemos mejorar nuestra sociedad y la forma de convivencia.
Yo
no creo que la figura sea la de “los notables”, sino crear una figura
rescatando lo que en esencia es la nobleza: personas generosas, ilustres,
racionales, honradas y que además tengan identidad con el país, que lo quieran,
que lo estimen. Esta idea de utilizar la génesis de lo que implica ser una
persona bondadosa incluso sirve para deslastrar aquella figura que en otros
tiempos sirvió para crear diferentes ciudadanos.
Me atrevo a señalar que se procure una figura de gente de
buena voluntad para con el país, podríamos llamarlo “comisión de nobleza” o
“comisión de buena voluntad” o “comisión de bienestar común”.
Propongo
la construcción de una Venezuela unida para el progreso de todos sus
integrantes y para el bien de las generaciones futuras y, si las personas que
dirigen el país entienden esta situación, así como los actores políticos de la
oposición y los estudiantes, podrían abrirse los caminos para lograr crear esta
idea de comisión de nobleza y preparar una agenda de trabajo que permita
generar una receta de solución a los problemas que nos aquejan a todos.
X) LA NECESIDAD DE UN AVAL DE UN ORGANISMO INTERNACIONAL.
El
gobierno asomó la posibilidad de solicitar la intermediación de UNASUR y esto
ha sido rechazado por actores políticos de la oposición, y estos a su vez han
señalado que la intermediación debe hacerse con la Iglesia Católica por medio
de la Santa Sede del Vaticano y por la ONU, también considerado innecesario por
el gobierno.
Creo
que más que una intermediación, los actores en conflicto piden un aval de un
organismo de los acuerdos que se alcancen, siendo positivo que ambas partes
hayan abierto la posibilidad de una actuación de algún organismo internacional,
por supuesto para que ello sea viable ambas partes deben estar de acuerdo en el
organismo que sirva de intermediación.
El
dialogo debe construirse con la agenda de los temas que se presenten en la
mesa, por lo tanto, las partes deben hacer un listado de peticiones y la
comisión que propongo de personas de buena voluntad integrada por venezolanos
dignos e imparciales son los llamados a dirigir las negociaciones que surjan
del dialogo, resultando interesante que se invite a los organismos
internacionales para que sirvan de aval de los acuerdos y sus cumplimientos.
Es
evidente que el conflicto se está agudizando y cada día que pasa las partes en
conflicto están radicalizando sus posiciones, trayendo como consecuencia una
inestabilidad en la nación con consecuencias nefastas al país, por ello es
inmediato que se asuma una posición de altura donde los actores designen
personas que sirvan de portavoces de sus peticiones, es decir el gobierno, la
oposición y los estudiantes, deben colocar los nombres de personas que no estén
contaminadas con el conflicto; me refiero a que cada una de las partes deben
presentar nombres de personas que puedan sentarse a conversar los temas de la
agenda de peticiones, por medio de una palabra sencilla, clara y sin
agresiones, partiendo del respeto mutuo.
Podríamos
ensayar la posibilidad que los mediadores del conflicto o las personas que yo
he denominado venezolanos de buena voluntad surja de las mismas partes; nombre
de venezolanos que sean aceptados por ambas partes y así éstas puedan comenzar
a dirigir una mediación o negociación del conflicto, sin que ello impida la
colaboración de algún o algunos organismos internacionales que sirvan de aval
de los acuerdos y el seguimiento de cumplimiento de los acuerdos hasta su
materialización.
XI) VENEZUELA ESTÁ DIVIDIDA POR LOS PROBLEMAS POLÍTICOS Y
SOCIALES QUE HACEN NECESARIO BUSCAR SOLUCIONES URGENTES. PODEMOS LOGRARLO.
Definitivamente
sí vamos a salir de esta situación negativa, porque el venezolano no quiere
vivir en conflicto. No le gusta el conflicto.
Precisamente
esa es una de nuestras virtudes y es que somos
solidarios por naturaleza y la alegría es un comportamiento que nos distingue,
incluso ante las dificultades.
Insisto
en que tenemos que reencontrar la
humildad como país, entender que los problemas son de todos y que no hay una
división, sino una fractura de la sociedad que nos obliga hacer actos de
constricción, y la unión de los venezolanos es para rescatar nuestra
ciudadanía, nuestra identidad y permitir que la gente de buena voluntad esté al
frente de los altos cargos que decidan los destinos del país.
Mi
sueño como venezolano, como estoy seguro es de muchos, es que un gobierno y sus
ciudadanos entiendan que las acciones y las obras son para todos los
ciudadanos, para las futuras generaciones, apartando individualidades.
Debemos despertar y buscar los caminos que logren la
integridad y unión de los venezolanos, sin importar sus posiciones políticas,
ni ideologías.
Las
instituciones tienen el deber de buscar y colocar a las personas idóneas para
dirigirlas, es el momento que llamemos a
los ciudadanos de bien y de mérito profesional para que ostenten los cargos que
rigen los destinos del país y nos representen con la altura y responsabilidad
para permitir que el país avance a consolidarse como un país de bienestar,
donde podamos convivir todos en igualdad de condiciones.
Venezolanos
que entiendan nuestra realidad y se sirva de los mejores para la solución de
todos los problemas que nos aquejan. Esto se ha convertido en una necesidad de
país.
No
podemos desmayar en este ideal. Algún día tendremos el país que merecen
nuestros hijos y por ello llamo a la reflexión de toda la sociedad venezolana.
Es un sueño que vamos a lograr si nos conectamos con la verdad de nuestras
necesidades.
Se
está agotando la paciencia y los niveles de tolerancia de los ciudadanos. Cada
día se están desgastando los ciudadanos y ahogándose con los problemas de vida,
por ello es urgente que los actores políticos (Gobierno y Oposición) comiencen
a levantar puentes de entendimiento y dejar las represalias por quienes piensan
diferentes, más bien debemos aprovechar los distintos pensamientos para buscar
las soluciones, espacio donde deben tener cabida los estudiantes.
Las
noticias que vemos diariamente evidencia un país que esta polarizado, y aunque
traten de esconder las realidades, todos somos del conocimiento de los hechos
que están ocurriendo en las calles y en los corazones de los venezolanos.
Debemos
sentir pena con la comunidad internacional que ahora están viendo lo negativo
de nosotros y, rescatar la identidad del venezolano, como personas de bien y
paz.
Esa
es nuestra querencia, la que nos dejó como mensaje un ilustre venezolano, Simón
Díaz, quien representa lo bueno de nosotros. Todos los venezolanos tenemos algo
de este ilustre personaje y como una paradoja, nuestra querencia es la
tranquilidad y la convivencia en armonía.
Tengamos fe en dios que lograremos la
tranquilidad de un país donde todos podamos convivir y construir el futuro de
nuestros hijos. No más muertes, no más heridos, no más daño emocional para
nuestros hijos.
Ellos
merecen que le entreguemos un país de bienestar, seguridad y justicia.
Propongo un acuerdo nacional de paz,
bajo la intermediación de ilustres ciudadanos que puedan construir ese puente o
conducto que los actores políticos no han logrado.
Miguel
Angel Martin Tortabú
Profesor
Universitario UCV-UCAB-UC.
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